09 febrero 2013

Oído en una agencia de viajes: episodio 1

Kim Kardashian nos demandaría
El otro día me reía mucho con mis compañeros hablando de las veces que más nos hemos muerto de vergüenza, que un cliente nos ha dejado sin palabras o las veces que hemos pensado que una llamada se trataba de una cámara oculta por lo surrealista de la conversación. 

Con tantos días y horas empleadas en contacto con viajeros, las anécdotas son muchas y muy diversas. 

Hoy voy a empezar por una historia que nada tiene que ver conmigo, pero que realmente me hace todavía reír cuando lo pienso.

Un día me reuní con una compañera de estudios para tomar un café y me contó la más absurda de las demandas que habían llegado a su oficina de calle. Una pareja había ido a comprar ilusionada un viaje a Canarias. Lo que en principio era algo tan sencillo como una semana en nuestras islas más cálidas en temporada baja (era invierno), se convirtió por lo visto en la peor de sus pesadillas. Fue tan mal la experiencia que nada más llegar a Coruña decidieron ir a ver a mi amiga para avisarla de que le habían puesto una denuncia. 
Mi amiga me lo contaba toda indignada ya que era su primera denuncia. Con suerte será la última porque quiero pensar que no hay mucha gente como esta pareja, pero los clientes nunca dejan de sorprendernos.

El caso es que una vez en Canarias, la chica decidió sentarse en la orilla en plan sirena. Y como os decía era invierno y se ve que el mar estaba un poco picado y con muy mala leche, ya que vino una ola, la arrastró y se rompió una pierna. Volvió con la pierna escayolada.

Te preguntarás que porqué denunciaron a mi amiga, ¿no? ¿No lo ves claro? Pues porque la chica se rompió la pierna con una ola. Si es que está clarísimo que mi amiga lo hizo a mala fe. 


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