Reglas de convivencia durante un viaje

A lo largo de los años he tenido la oportunidad de viajar con mucha gente: pareja, amigos, familiares, compañeros de trabajo y hasta desconocidos. Por viajar, ¡hasta he viajado sola, que es también bastante desafiante! Mis compañeros de viaje han pasado por gente que había viajado muchas veces hasta gente que nunca había salido de su país.

Reconozcámoslo: viajar es una aventura y no todo el mundo está preparado. Cualquiera puede convertirse en el mejor o el peor compañero, por mucho que quieras a alguien, puedes acabar pensando: esta es la última vez que viajamos juntos.

¿Me ha pasado? Sí. ¿He sido yo una de estas personas que sus amigos piensan: ¡qué pesada!? Mea culpa, lo reconozco. Hay gente que no ha viajado nunca que te sorprenderá con lo echados para adelante que son y lo abiertos que se muestran con otras culturas (mi madre ha resultado ser una de ellas). Luego están aquellos que han viajado muchas veces y  que pueden ser el típico turista coñazo (nota mental: debería hacer un post del perfecto turista coñazo).

Como normal general, un buen turista no debería rosmar (quejarse por todo). Un viaje es para disfrutar. Gastar dinero en estar a kilómetros de tu casa y no disfrutarlo en absoluto, no merece la pena. Bien si es la primera vez que viajáis con alguien o si lo has hecho muchas veces, os dejo aquí unas normas mínimas de convivencia que ayudarán a pasar un viaje sin problemas.

1. Compartir habitación: este es mi gran no-no y uno de mis mayores problemas a la hora de planear un viaje. La habitación está para descansar y asearse. Impón unas normas mínimas antes de acabar desquiciado. Hay gente que necesita más horas de sueño que otros, así como gente que necesita dos horas para arreglarse (true story). Sé realista: si vas a alisarte el pelo, hacerte la cera y ponerte 5 capas de maquillaje en la cara antes de salir, no tengas la desfachatez de levantarte la última y hacer que todos tus compañeros esperen por tí. Asimismo, si eres incapaz de dormirte sin la tele, igual es hora de sacrificarse e intentarlo por aquellos que tienen el sueño ligero. Todavía recuerdo en mi primer viaje a Londres como mi compañera de habitación se puso a ver las 2.000 fotos que había hecho a las 12 de la noche con un sonoro ¡cliquín! en su cámara cada vez que pulsaba un botón. Desquiciante.
2. España es mejor: de verdad, ¿para qué viajan estas personas? España o en su defecto, tu país, no es mejor. Es diferente. Con una cultura diferente, unos hábitos diferentes y una gastronomía diferente. ¿No te gusta? Perfecto, pero no empieces a decir que lo tuyo es mejor, porque probablemente los habitantes de ese país te podrían dar mil razones por las que a ellos no les gusta el tuyo. Y es realmente un coñazo ir con alguien que no para de hacer comparaciones.
3. Negatividad. Una persona que se queja desde de la cama del hotel, que su café no está suficientemente caliente, del clima, del importe del autobús, de las losas del suelo y hasta de que la lluvia cae en gotas ¡es un coñazo!
4. La comida. Aunque te apasiona el sushi, si viajas con un alérgico al pescado, no le hagas ir cada día a un bar de sushi. Y aunque seas  un apasionado de las hamburguesas, ¿qué tal probar las comidas locales?
5. Las visitas. A lo mejor a tí no te interesan todas las que habéis planeado, pero al final las acabarás disfrutando. Si no, hazte un plan alternativo y reúnete con el resto del grupo cuando hayan terminado. O por el contrario alguien te ha organizado todo el viaje sin consultarte. Mi primer viaje a Berlín fue un desastre por eso mismo.
6. No estás solo, relaciónate. Recuerdo una amiga que se fue de viaje un fin de semana con una amiga suya. Iban a un destino de playa y la última se pasó todo el rato leyendo un libro. ¿No crees que hay tiempo para todo?

Te recomiendo que siempre hables con tus compañeros de viaje antes de viajar, para tener una idea de cómo va a ir el plan y así evitar futuros enfados en pleno viaje, que son lo peor y te pueden destrozar la estancia.

¿Se os ocurren más normas de convivencia?