Bar La Concha- Barcelona

Ayer salimos por ahí y en pleno ataque de estupidez, al llegar a casa, hice algo de lo que no me siento muy orgullosa y que no voy a comentar. Pero que quede claro que me arrepiento. Y no, no tiene nada que ver con mi aburrida vida sentimental, si es lo que estás pensando, sigue tan aburrida como el último año.
Por circunstancias del destino, acabamos metidos en "La Concha" un bar de lo más freak, donde las paredes están empapeladas con fotos de Sara Montiel en su juventud. El sitio en cuestión podría haberse colado en nuestro catálogo de sitios peculiares, si no fuese porque la decoración de aquel antro no se debía al fanatismo exagerado de un seguidor de esta tipa, sino que el garito en cuestión es de la propia Saritísima.

Reír, nos reímos un rato, por lo variado de los esperpentos que allí había: un travesti que me dijo algo así como: "estoy que me meo toa", unos camareros con camisetas ceñidas, algunos guiris desorientados y verdaderamente confundidos, un actor catalán con el que mis amigas entablaron amistad, un montón de árabes... Los cedés de música estaban agrupados en una pequeñísima estantería bajo las definiciones de: latino, árabe... y no recuerdo la otra. Pues sí, en el garito en cuestión sólo sonaban canciones árabes y de repente, salsa. Ese fue el momento en que todos bailaban con todos y si no conseguías pareja, es porque no querías.
En fin, un sitio curioso en el que pasar un rato divertido. Copas a 5€ y cervezas a 3. Además, el camarero me regaló entradas para el Fellini, todo un detalle.

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