Fuímos a celebrar el cumpleaños de una amiga, así que la que se encargó de hacer la reserva, pidió que nos hicieran una tarta de cumpleaños para traer al final de la cena. Tras mucho debatir qué tomar (éramos 9 y un poco caóticos), decidimos pedir tres ensaladas para compartir de las 4 que había y luego un plato cada uno. El menú tiene muy poca variedad, eso sí, todo con queso de búfala.
Llega el momento plato principal. Iban trayendo lo pedido y llegó un momento en el que había una pizza que nadie sabía para quién era, entre tanto nombre diferente a los que estamos acostumbrados y al barullo que estábamos montando, los camareros pensaron que los estábamos toreando y tras mucho insistir, decidieron llevarse la pizza, no sin antes echarnos un par de indirectas y miradas. Uno de ellos, cada vez que pasaba por allí nos miraba y repetía el nombre de la pizza con sorna. Cuando trajeron todos los platos, se dieron cuenta de que habían apuntado una de más y nosotros no nos estábamos cachondeando de ellos.
Mi pizza era una especie de calzone con queso de búfala, más queso, un poco de rúcula y jamón serrano por encima (!!!!!!!!). Yo es que no soy mucho de jamón, tiene que apetecerme mucho, pero bueno, tenía hambre y comí. Al llegar a mitad de la pizza, no podía más con tanto queso con masa con queso y más queso.
Discretamente, mi amiga reclamó la tarta que había encargado y la camarera, una vez más, no se enteraba. A ver, ¿cuánta gente os pide una tarta de cumpleaños un lunes? ¿es tan difícil saber lo que queremos? Tras insistir tres veces en la tarta, la camarera seguía sin enterarse, así que mi amiga le dijo secamente: agua. Mientras ella iba a buscarla, mi amiga se acercó y le dijo que lo que llevaba pidiéndole todo el rato es la tarta que habíamos encargado. Desde la distancia pude ver su cara de incredulidad ante tal petición, pero se dirigió a la cocina a preguntar y volvió con un platito de postre por cabeza y cucharas, fastidiándonos la sorpresa. Sobre todo con lo que vendría después: ¡media hora de espera! Ahí mi vena del cuello ya empezaba a hincharse, porque a pesar de que llegamos a las 21:30 como muy tarde, eran ya las 23:30 y aún no nos habían traído el postre y lo que era peor, íbamos a tener que coger el metro y casi no daba tiempo.
Todo esto un lunes a final de mes y con el local vacío, no quiero imaginar cómo será el fin de semana.
Categoría: italiano-italiano
Camareros: 3*
Decoración: 4*
Precio: 7*
Situación: 8*
Comodidad: 7*
Fumadores: sí
Variedad del menú: 5*
Valoración de la comida: 7*
Visitado en: mayo 2007
VALORACIÓN GENERAL: 5*
¿Dónde?
Pau Claris, 72
08010 Barcelona
tef: 93 481 49 63
info@fratellilabufala.com
Apuntado....para no ir.
ResponderEliminarSí, mejor que no vayas. Aunque me han dicho que a medio día se come muy bien por 10€. Pero prefiero no comprobarlo, la verdad.
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